LOR ÓRDENES DEL AMOR
LOS TRES PRINCIPIOS BÁSICOS DE LA TERAPIA
CON CONSTELACIONES FAMILIARES
Los Ordenes del Amor son amor al servicio de la vida. Su función es ordenar lo que está desordenado.
Según Bert Hellinger, para que las relaciones tengan éxito, con el amor no basta, se necesita de un ORDEN para que el amor fluya con toda su fuerza y potencialidad.
Es lo que Bert Hellinger denomina «Los Órdenes del Amor».
Los ÓRDENES DEL AMOR son las leyes básicas que rigen los sistemas humanos.
Cuando alguna de las leyes no son respetadas, se crean nudos emocionales en las familias, desequilibrios que pasan de bisabuelos a abuelos, de abuelos a padres, y de padres a hijos, produciendo una gran infelicidad en alguno de sus miembros. En todo caso, los conflictos no resueltos siguen avanzando y es por eso, que a veces tenemos dolores que nos parecen que no son nuestros. Efectivamente, pueden no ser nuestros, pero sí pertenecen a nuestra familia.
Si tenemos conocimiento de esos Órdenes, más éxito tendrán las relaciones. Son tres:
1ª Ley: PERTENENCIA
Todos los miembros de una familia tienen el mismo derecho de pertenecer al sistema familiar. Significa que todos aquellos que pertenecen a mi familia han de tener un lugar en mi corazón. Nadie puede dejar de pertenecer a su grupo, por ninguna razón, ni tampoco olvidado. Cuando alguien es excluido el flujo del amor se resiente. Por el simple hecho de entrar a formar parte de un grupo, ya se pertenece. Por ejemplo, cuando un bebé nace en una familia, ya pertenece para siempre. La exclusión de un miembro crea un desequilibrio en el sistema familiar.
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¿Cómo se puede excluir a alguien?
- Por olvido: el hijo que ha muerto con poco tiempo de vida, hijos o hermanos nacidos muertos o entregados en adopción,... su recuerdo provoca tanto dolor, que tratamos de ocultarlo, olvidarlo, como si nunca hubieran existido.
- Por motivos morales: por ser ladrón, alcohólico o violento. Es el castigo que el grupo da a quien su comportamiento no corresponde a los valores y creencias de la familia, y ésta los expulsó. En ocasiones, es el propio individuo el que, en base a su propia moral, rechaza al grupo y se excluye voluntariamente.
- Por reprimir: es el caso de es el caso de las personas olvidadas porque la dureza de sus vidas nos da miedo. P. e. el rechazo a un discapacitado.
- Falta de reconocimiento: las antiguas parejas que no han sido honradas y reconocidas, o el caso de personas que nos aportaron algún beneficio y que no han sido agradecidas.
¿Cómo actúa la ley de la pertenencia para restituir a un excluido? Cuando la persona es excluida, la ley de la pertenencia inicia un proceso de reinclusión. Su acción no está encaminada a reincluir a la persona propiamente dicha, sino en reincluir en el grupo aquello que esa persona ofrecía.
Porque no se rechazó a la persona por sí misma, sino por lo que a través de su vida él ofrecía al grupo. La ley de pertenencia busca que eso que fue rechazado vuelva al grupo, que sea aceptado en el grupo.
El enfoque transgeneracional nos dice que frecuentemente las consecuencias de una "exclusión" en una familia, aparecen en las generaciones posteriores. Puede suceder que un nieto, sin darse cuenta, reclame el derecho de pertenencia de un abuelo no reconocido, imitando su misma suerte. La persona excluida se vuelve destino para quien la representa, para que lleve aquello que no fue aceptado.
Esta persona de manera inconsciente y en contra de su voluntad, será privado de poder desarrollar su propia vida, pues está obligado a repetir la vida de aquél que fue excluido, revivirá y repetirá su destino, aunque nunca lo haya conocido.
Todos tenemos que ser honrados y respetados en el sitio que ocupamos.
2º Ley: EL EQUILIBRIO ENTRE DAR Y RECIBIR
En la relación con los demás damos lo que tenemos y tomamos lo que nos falta y a través de este intercambio en el dar y el tomar, nos enriquecemos y crecemos como personas. Sólo cuando devolvemos algo más de lo que hemos recibido se mantiene el intercambio. El que sólo toma acaba siendo como un niño y el que sólo da acaba siendo como un padre o una madre (superior, libre) que niega la relación de igualdad con los demás. Este tipo de relación se complementa, pero no es satisfactoria. |
Para que el amor fluya entre iguales, debe haber un equilibrio entre el dar y el tomar. Es importante no dar más de lo que uno está dispuesto a recibir, o de lo que el otro pueda devolver. Cuando el que recibe no puede o no quiere dar mucho, o no da nada a cambio, siente una urgencia de irse, de dejar la relación.
Tomar significa: honrar y respetar. La única relación donde no podemos alcanzar ningún equilibrio entre dar y tomar, es en la relación con los padres, los padres dan y el hijo toma, porque los padres dan a sus hijos el don más precioso que hay: la vida. Aunque también los padres reciban algo de los hijos, no pueden compensara los padres el hecho de haber recibido la vida a través de ellos. Por eso, los hijos siempre sienten una deuda con los padres.
Y el hijo puede pasar a sus hijos lo que recibió y dar a sus padres las gracias por lo que le han dado. El hijo que no toma a sus padres no puede pasar mucho a los demás, permanece estancado en la etapa de niño/a y no puede desarrollarse como adulto.
Cuando un hijo intenta resolver la vida de sus padres, por ejemplo, queriendo solucionar sus problemas, su infelicidad,... quiere darles algo que no puede dar, porque no lo tiene. Ningún hijo tiene el poder de cambiar el destino de sus padres. Y en su intento malgasta sus fuerzas en lugar de construir con ellas su proyecto de vida.
Lo único que pueden hacer los hijos es agradecer la vida dada, y hacer algo bueno con ella; así se alivia la 'deuda'... por ejemplo y dándoles a sus hijos lo que recibieron de sus padres. Cuando alguien no tiene hijos la compensación se realiza haciendo algo por otros.
En una pareja, aceptar que es una relación de iguales, por lo que ambos dan y ambos reciben. Si se mantiene un cierto equilibrio en el intercambio, la relación crece. Pero si uno da mucho y el otro da poco, o si uno da y el otro se niega a tomar, el equilibrio se rompe y pone en peligro la continuidad de la pareja.
3ª Ley: LA JERARQUÍA
Cada uno de nosotros ha nacido en el lugar exacto que le corresponde. Piensa el lugar que ocupas en tu familia, el primer hijo será siempre el primer hijo, aunque haya muerto, también cuentan los abortos que las madres hayan tenido. Así está el abuelo antes que el padre, la primera pareja de amor antes que la segunda. La pareja conyugal tiene prioridad frente a la pareja parental. |
Los padres tienen prioridad respecto de los hijos porque llegaron primero; y los padres deben comportarse como padres y los hijos como hijos. Si el orden se invierte y los hijos parecen más fuertes que sus padres, entonces los hijos no tienen en quién protegerse frente a sus dificultades.
Aunque se quejen y protesten, todos los niños agradecen que sus padres asuman la autoridad y que les marquen límites razonables y coherentes.
La prioridad entre hermanos se da por el orden en que fueron llegando y ninguno debe ser excluido, aunque no esté vivo. El que llega nuevo debe respeto a los que estaban antes. Cuando los que estaban antes se sienten respetados, se vuelcan en amor y servicio hacia el nuevo.
También es importante la función que desempeña, un miembro cuya función es más importante para la supervivencia o el mantenimiento del sistema tiene prioridad.
Cuando en una constelación cada cual ocupa su lugar, todo el sistema se relaja y las personas se sienten bien.
Es importante el respeto por el lugar que ocupa cada miembro del sistema familiar según su llegada y su función dentro del sistema.