ORDENES DE LA AYUDA
El primer orden de la ayuda: el dar y tomar adecuado
¿Cuáles son los límites del dar y tomar?- Sólo se da lo que cada uno tiene- Sólo se debe esperar y se debe tomar lo que realmente se necesita.
Significa que el terapeuta esté en el adulto y sepa centrar a su cliente, sepa hacerle ver lo que realmente necesita. Sepa ponerse al servicio del destino del cliente, no de deseos ilusorios.- El terapeuta renuncia a dar o hacer lo que el cliente tiene que hacer o asumir.
Por ejemplo, renunciar a aliviar la pena después de una separación, renunciar a aliviar la responsabilidad después de un crimen, etc
El desorden llega cuando uno pretende, u otro le exige, dar lo que no tiene, o dar cuando no debe dar. Requiere humildad y a menudo, simplemente, ayudar a ver lo que hay.
El segundo orden de la ayuda: respetar el destino
La ayuda con las constelaciones familiares sirve dos objetivos:- está al servicio de la supervivencia- está al servicio del desarrollo y crecimiento.
Estos dos objetivos están condicionados por las circunstancias. Formamos parte y no nos podemos sustraer a la historia y sus ciclos, a las leyes de la naturaleza, al paso del tiempo, a que todo cambia, a la muerte, a la compensación arcaica y sus vínculos, a las leyes del psiquismo individual, a la responsabilidad individual. Son los límites que encontraremos a la hora de ayudar.La ayuda que no respete estos límites va a ser infructuosa y frustrante. Tanto el ayudador como el ayudado van a ir perdiendo fuerzas. El ayudado va a tener cada vez menos capacidad de adaptación a sus circunstancias.
Para que el ayudador pueda ayudar a su cliente a progresar dentro de los límites de su destino es fundamental que el ayudador haya tomado a su destino y asumido todas sus responsabilidades.
Cuando el ayudador dulcifica el destino del otro - por ejemplo quitándole su responsabilidad en un daño que haya hecho - lo que muestra es que él es incapaz de asumir una culpa propia. Y el cliente entonces se transforma en ayudador, en madre del ayudador.
Por lo tanto la fuerza se opone a tapar, negar o dulcificar las circunstancias que tiene que afrontar la persona.
El tercer orden de la ayuda: relación de adulto a adulto
Aquí la formación en Análisis Transaccional sana nuestro adulto.
Si el cliente llega como un niño y el terapeuta acepta ayudarle entonces se entabla una transferencia: el terapeuta va a sustituir a los padres del cliente. Esto impide la aceptación de la realidad y la despedida de los padres como son por parte del cliente e impide que el terapeuta crezca. En la fusión que se forma, habrá dos niveles:- el nivel aparente: el terapeuta hace de padre o madre del cliente, sintiéndose mejor que el padre o la madre real.- el nivel profundo: el cliente hace de padre o de madre del terapeuta.
El Análisis Transaccional nos dice que cuando estamos en el niño entramos con muchísima facilidad en la manipulación. Sólo hace falta que alguien nos dé donde nos duele, donde tenemos algo sin resolver y que estemos desprevenidos para que nos enganchemos a la manipulación.
El cuarto orden de la ayuda: el cliente es miembro de un sistema
Tradicionalmente el ayudador se relaciona de modo individual con el cliente, no de un modo sistémico, o sea no lo considera como miembro de un sistema.
Este punto merece mucha atención, los consteladores necesitamos tener el mayor conocimiento posible de la sistémica.
El quinto orden de la ayuda: estar al servicio de la reconciliación.
Este orden también necesita ser más desarrollado. La reconciliación significa fusión de dos opuestos. Toda la vida está al servicio de esta fusión, reconciliación o compensación. La vida es energía, y el quantum de energía se produce cuando dos fases opuestas se compensan.
La constelación está al servicio de la vida, por lo que está al servicio de esta compensación: perpetrador/víctima, hombre/mujer, dolor/alegría, etc.